30 de agosto de 2010

El Rolls-Royce,construido sobre un Mercedes


Rusia, Rusia. Qué país más peculiar, es una nación de grandes contrastes económicos, donde los ricos son muy ricos y los pobres muy pobres. Es un país en el que no es raro ver un Rolls-Royce Phantom por la calle, o quizá un Porsche Cayenne preparado, seguido de cerca por un Bentley Continental GT. Como es obvio, a muchos no les da el dinero para comprar un Phantom, así que prefieren construirlo artesanalmente sobre su Mercedes Clase E W124. La berlina alemana ha sufrido una completa transformación a manos de su dueño.

En la ex república soviética de Kazajstán, nuestro protagonista ha construido en fibra de vidrio un completo kit de carrocería para su Mercedes. A priori se podría pensar que va a ser otro horrible proyecto de tuning ruso, pero lo cierto es que el resultado final me ha sorprendido para bien, ¿tendría las expectativas muy bajas? En cualquier caso, ha integrado unas ópticas muy similares y una calandra clavadas a las del Rolls-Royce Phantom, el modelo a imitar. La pintura bicolor también le da encanto. ¿Abrimos las puertas?

Las puertas traseras tienen apertura suicida, bien integrada con un muelle telescópico, pero no tan elegante como en el británico. También es cierto que el coche no cuesta medio millón de euros, todo hay que decirlo. En el interior se ha dejado todo de serie y no se ha caído en los excesos del bling-bling, otro punto a favor del dueño. Las llantas son quizá el punto flojo, no desentonan pero su diseño no me gusta y se me antojan algo grandes. A continuación hay más imágenes, no he podido encontrarlas en alta resolución.



Tuning: Un Fiat 500

En un día en que la actualidad informativa estará dominada por los planes de Fiat para Chrysler, resulta extrañamente apropiado encontrarnos con rarezas como esta de ahora en el SEMA. Sus responsables son Legacy Innovations, que de alguna forma, se las ingeniaron para conseguir un Fiat 500 de 1959 en Estados Unidos y convertirlo en todo un dragster hecho y derecho.

A golpe de soplete y palanca, LI desmontó el chasis original para sustituirlo por un nuevo esqueleto de cromo-molibdeno, sobre el cual reposa ahora un bloque de 427 pulgadas cúbicas (7,0 litros) con 725 caballos de potencia. Las gomas, una Hoosier como es de ley, no tendrán ni la más mínima oportunidad de salir con vida una vez que el piloto deje caer el pie sobre el acelerador... Vamos a tener que preguntar a los chicos de LI a ver si tienen un vídeo del cacharro en acción. Sólo por las risas.

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